domingo, 3 de marzo de 2013

¿COMO SURGIÓ LA CABALA?




El origen de la Cábala, una forma específica de interpretar las Escrituras que permite hallar un significado esotérico e incluso alterar la realidad mediante el uso de la magia, es ubicado por algunos autores en un pasado tan remoto que podría identificarse con la entrega de la Torah a Moisés en el Sinaí.


  
De acuerdo con esta tesis, ya en los primeros tiempos de la Historia de Israel a la interpretación exotérica o externa de la Torah se habría sumado otra esotérica u oculta. Para otros, sin embargo, la Cábala es uno de los aportes posteriores de la cultura judía. En realidad, ¿cómo surgió la Cábala?

Buen número de los seguidores de la Cábala e incluso de sus aficionados han mostrado un enorme interés por situar sus orígenes en tiempos caracterizados por una considerable antigüedad. Para ellos, la referencia a los sabios citados por Daniel 12, 10 sería un ejemplo de esa sabiduría cabalística de la misma manera que un texto como el contenido en el libro apócrifo de IV Esdras 14, 5-6, donde se dice que Moisés recibió una serie de preceptos de los que unos debía “declarar” y otros “ocultar”. Sin embargo, la verdad es que ninguno de los dos ejemplos citados menciona la Cábala y todavía menos su contenido ulterior. El pasaje de Daniel habla simplemente de cómo los sabios sabrán enfrentarse con dificultades al final de los tiempos y el texto de IV Esdras sólo pretende dotar de legitimidad su propio contenido que, desde luego, no era cabalístico. De hecho, no hay nada en la Biblia o en los textos apócrifos y pseudoepigráficos de los últimos siglos antes del cristianismo que tenga nada que ver con la Cábala, ya sea ésta especulativa o práctica.

Para encontrarnos con algunos aspectos paralelos, como la utilización del Tetragrámaton —y de otros nombres de Dios— con fines mágicos tenemos que esperar a la práctica de las comunidades judías de Babilonia donde estos comportamientos penetraron por influencia caldea y eso difícilmente fue antes del siglo IV d. de C., es decir, cuando los primeros estratos del Talmud ya estaban más que asentados. El Talmud ya había dado entrada a buen número de ideas orientales —persas y babilónicas— ajenas a la Biblia pero con un enorme poder de sugestión. Entre ellas se hallaba la referencia al valor mágico de las letras del alfabeto —algo ausente de la Biblia— y una angelología muy sofisticada que choca con la enormemente sencilla de las Escrituras. De hecho —dicho sea de paso— la angelología cristiana siempre ha sido más simple que la judía precisamente porque sigue la línea contenida en la Biblia y no la trazada en el Talmud.

Ese mismo origen babilónico que estamos señalando posiblemente subyace también en algunos conceptos, como el Adán Kadmon o las kelipot, que posteriormente serían absorbidos por la Cábala, y las mismas raíces talmúdicas se hallan en figuras como las del Metatron o creador del mundo que el Talmud (Sanh 38b) llega a identificar con el mismo Dios. A pesar de todo, el caldo de cultivo que semejantes conceptos —extrabíblicos y extrajudíos pero absorbidos por el judaísmo talmúdico— crearon no era, sin embargo, todavía lo que actualmente conocemos por Cábala.

El hecho de que todo el proceso se produjera en Oriente y a partir de fuentes extrabíblicas de carácter no pocas veces gnóstico e incluso mágico explica más que sobradamente por qué semejantes conceptos eran desconocidos en un Occidente donde las comunidades judías mostraban, por otra parte, un notable apego al Talmud. De hecho, la primera llegada de semejantes ideas —que generosamente podríamos denominar precabalísticas— no se produjo hasta mediados del siglo IX, cuando Aarón b. Samuel llegó a Italia procedente de Babilonia. Aarón b. Samuel distaba mucho de haber desarrollado un corpus cabalístico pero en sus enseñanzas ya aparecían algunos de los elementos posteriores del mismo. De hecho, la denominada Cábala alemana —que derivaba según propia confesión de Aarón b. Samuel— no aparecería hasta finales del siglo XII pero, curiosamente, había sido precedida por dos aportes españoles de enorme importancia.

El primero se debió a Shlomo ben Yehudah Ibn Gabirol, también conocido como Avicebrón (c. 1021-c. 1058). El malagueño Gabirol era un personaje absolutamente genial que podía repentizar poesía en árabe con dieciséis años, escribir gramáticas de hebreo en la pubertad y redactar obras de filosofía y teología en la primera juventud. Buen conocedor de la filosofía de Platón —aunque a través de traducciones al árabe— Gabirol dio un enorme impulso a la Cábala mística posterior a través de su Fuente de la vida (Mekor Hayim) que fue conocida por los filósofos cristianos medievales a través de su traducción latina (Fons vitae) y que generalmente fue considerada una obra cristiana hasta que Tomás de Aquino se dedicó a atacarla.

El segundo gran aporte precabalista fue el de Mosheh ben Maimón, más conocido como Maimónides o Rambam (1135-1204). Filósofo, matemático y físico nacido en Córdoba, Maimónides se vio obligado a abandonar la ciudad por la presión islámica y acabó sus días en El Cairo tras un triste paso por la tierra de Israel. Al igual que Gabirol, Maimónides conocía muy bien la filosofía griega —en especial la aristotélica— y supo incorporar elementos de la misma al judaísmo abriendo camino a la Cábala posterior. De hecho, su idea sobre la ausencia de atributos en Dios pesaría mucho en la configuración cabalística de Dios como En-Sof.

Tanto Maimónides como Gabirol fueron perseguidos y exiliados —en los dos casos por el islam— y quizá haya que buscar en esa circunstancia un especial interés por entender filosóficamente un mundo hostil y una habilidad notable para la especulación. En ambos autores percibimos además —y éste es uno de los factores que diferencia enormemente la Cábala especulativa de sus raíces mágicas babilónicas— un interés notable por el vivir de manera adecuada en este mundo. Maimónides, de hecho, fue un erudito de la Torah que marcaría con su obra Mishneh Torah el devenir de las generaciones judías venideras.

Autor: Cesar Vidal.
Fuente: http://revista.libertaddigital.com

sábado, 2 de febrero de 2013

RASPUTIN Y LOS KHLYSTY








A pesar de la prevalencia de la Iglesia Ortodoxa, existieron en Rusia, durante los siglos XVIII y XIX conocidas sectas religiosas de carácter tántrico. La evidencia indica que eran lideradas y dirigidas por hombres cuya visión, capacidades, prácticas y objetivos los revelaban como estudiosos de la teosofía, conocedores de los principios esotericos del cristianismo (como la philokalia y la metanoia de los padres del desierto y que fue llevada hacia las estepas por los misioneros ortodoxos); o bien, por  satanistas de primer orden. La secta de los khlysty (flagelantes) es un ejemplo más representativo que cualquier otro. Estos hombres sabios eran concientes de que las pasiones siempre terminan ganando. Seguramente conocían la doctrina de los egos que ya había descrito el patriarca Evagrio:

“Ocho son en total los pensamientos genéricos que comprenden todos los pensamientos: el primero es el de la glotonería (gastrimargía); después viene el de la fornicación (porneía); el tercero es el de la avaricia (Phylagyría); el cuarto, el de la tristeza (lypé); el quinto, el de la cólera (orgé); el sexto, el de la acedía (akedía); el séptimo, el de la vanagloria (kenodoxía); el octavo, el del orgullo (hyperephanía)”.
 
Quienes no comprenden los principios tántricos suelen comprender la "santa" justificación del placer y la lujuría que daban los sacerdotes de los Khlysty como verdaderamente hipocritas, pero cuando uno entiende el clima religioso que habia en Rusia bajo los Zares, estos mismos argumentos resultan claramente pragmáticos.

La respuesta religiosa rusa ha sido siempre conocida por su sensualidad extrema, y su alta carga emocinal. Para los rusos la extravagancia de su ritual ha jugado consistentemente un papel sustancial. Y el patrón de embriaguez, desenfreno y libertinaje seguido por un arrepentimiento contrito y angustiado estaba frecuentemente más alla de la comprensión de occidente.

¿Quiénes eran y de donde vienen los khlysty? Aparecieron por primera vez en Rusia por la misma epoca que sus antagonistas, sus hermanos "separados", los skopcy, o "castradores" (alrededor del año 1.500). Su ritual, aunque era ruso, también contenía algunas adaptaciones foráneas. Celebraban de palabra y hecho a dioses antiguos y divinidades precristianas, a dioses como Ialiro y Rusalky, que eran la personificación de la pasión y el deseo, y al Bomoboy, o genio tutelar. Los dioses invocaban a dioses biblícos del placer, así como a oscuros demonios, como Balaam, y a deidades persas como Kors. En el ritual de estos "perseguidores del goce" sus giros y circunvoluciones, seguidos de una frenética actividad sexual, eran virtualmente indistinguibles de la danza extática de los derviches.
Indudablemente el más feaciente testimonio de la influencia de sectas foráreas sobre los khlysty era su dogma del "arrepentimiento a través del pecado" —la proposición que el intercambio físico con un elegido, o una "divinidad" (alguien en quien habita un dios o bien el fuego de dios) terminaría por aboler y transformar el pecado en virtud. Aunque difiere levemente, esta doctrina tiene un asombroso parecido, a la predicada por los Hermanos del Espirtu Libre en Francia, Alemania y Checoslovaquia en los siglos XV y XVI. Los Hermanos del Espiritu Libre era una secta de disidentes abortados del útero de su Madre Iglesia Católica Apostólica Romana. Enseñaban que dentro de cada ser humano habita una pequeña chispa divina (la Esencia Divina). Creían que un pequeño reconocimiento de esta esencia mágica dentro de cada hombre era suficiente para liberarse de cualquier tipo de restricciones, ya fueran sociales, sexuales o intelectuales.

Doctrinalmente hablando, los khlysty llegaron con el tiempo a rechazar la veneración de imágenes e iconos, y radicalizar sus posturas con respecto a la liturgia. Por ello con el paso del tiempo se fueron distanciando cada vez mas de la iglesia ortodoxa. Sobre todo cuando surgió una escisión que abrió el camino a otro notable movimiento extremista.

A través de su historia, los rusos han sido predominantemente receptivos, aunque a veces quijotescos. Y a pesar del mito contemporáneo de la igualdad de clases, pueden hallar su lugar con mucha facilidad y reconciliarse con ello. La intriga y el cambio siempre han provenido de las más extrañas esferas. La doctrina de la llama interna fue por tanto, facilmente adaptada para que se acoplace al "alma" rusa. En lugar de cincuenta dioses menores de una congregación en busca de su divinidad, un lider humano se hacia divino. Todos se inclinaban con devoción ante este maestro o líder. Era quien los liberaría del pecado. A esto lo acompañaba el uso de un formato de liturgia ortodoxa completamente transformado, persistentemente entrelazado a los rituales. Asociado con este fenómeno, hallamos al maestro ruso y villano conveniente, Grigorig Efimovich Rasputin, el "monje loco" quien, a través de la fuerza de su personalidad, y el encanto de una naturaleza algo ambigua, tuvo éxito al detener los ataques hemofílicos del zarevich integrandose así en los circulos internos de la corte del Zar. La secta de los khlysty utilizaba los textos bíblicos de Por tanto, mortificad vuestros miembros terrenos (Colosenses 3:5) O cuando decía lo siguiente sobre el : ...golpeo mi cuerpo y lo conduzco como esclavo, para que después de haber predicado a otros, yo mismo no llegue a estar desaprobado. (1 Carta de Pablo a los Corintios 9,27) para justificar su particular ascesis de tipo kakir. En algún momento el grupo creció rápidamente en toda Rusia, sobre todo a raíz de cierta controversia surgida dentro de la iglesia Ortodoxa, que hizo que muchos abandonaran la iglesia desencantados de sus intrigas y ambiciones políticas. 
La idea central de su ideología radicaba en la Radeniya, rituales en los que se convocaba a hombres y mujeres para castigarse corporalmente. Además tenían como pilar de su doctrina, la reencarnación de Jesús hecha de manera continua, es decir, ellos pensaban que al morir el Hijo de Dios, este se reencarnó luego en otra persona, quien a su vez también debería pasar por un sufrimiento similar, para que de esta manera se manifieste la salvación permanente del hombre. Actualmente entre los gnósticos podría entenderse dicha suposiución como una mala interpretación de la cristrificación particular de cada cristiano ("No soy Yo, sino Cristo el que vive en mí" como decía San Pablo; o bien  una oportunista  concepción del Maestro para cada tribu). Ellos buscaban al reencarnado para hacerlo pasar por el mismo sufrimiento y así transformar el pecado en virtud (el gnóstico sabe que, de hecho, todo cristificado pasa por ese proceso; aunque definitivamente no en la forma en que la secta rusa lo comprendía); sin embargo, una de las prácticas que más llamó la atención fue el hecho de que al creer ellos que ya eran salvos, acogían todos los pecados y las acciones pecaminosas, estando muy seguros de que eso no los afectaría. Según ellos, Dios se sentía encantado de demostrar su poder perdonador a sus criaturas, por lo tanto, creían también que Él era dichoso cuando el hombre pecaba. De allí que surgieron las acusaciones de que practican secretamente orgías sexuales, para después fustigarse, algo que no ha quedado probado, como tampoco que practicaran el castigo físico de forma regular, en realidad solo lo efectuaban en determinados momentos del año. Lo que sucedía es que en aquellos encuentros, al celebrar la Radeniya, solían hacer una danza circular hasta llegar al éxtasis y es posible que hubiese apiñamientos fortuitos y algún que otro roce, pero nunca orgías programadas. Exactamente como los derviches mendicantes, de quienes seguramente asimilaron mucho de su doctrina. Si bien es verdad que permitían las relaciones sexuales entre miembros solteros, los cual hizo surgir la promiscuidad entre ellos, entendiendo que después serían perdonados.

También se les acusaba de celebrar a ancestrales dioses eslavos, como Yarilo y Rusalka, que en la antigüedad se consideraban la personificación de la pasión y el deseo, y que adoraban a un dios llamado Domovoi, el genio tutelar (¿el divino Daimón?). Aquello no dejaba de ser una acusación interesada por parte de miembros de la Iglesia que pretendían con esas acusaciones el rechazo del pueblo, y del estado por practicar y enseñar sobre dioses paganos.

En un principio, Daniil, el fundador,  ni siquiera tenía el propósito de crear una nueva iglesia, pues permitió que sus miembros continuaran asistiendo a las iglesias ortodoxas. Las persecuciones obligaron a estos a aislarse y reunirse secretamente, y en otros momentos a difundirse incluso fuera de Rusia, llegando con sus costumbre incluso a Francia.
Los khlysty han recibido mucha de la fama que tienen a través de su presunta asociación con Rasputin. Aunque toneladas de libros han sido escritos sobre el, solamente uno, la perceptiva biografía de Colin Wilson, parece dibujar su retraro con bastante percepción. Si uno tiene suficiente perspectiva, las memorias de Maria la hija de Rasputin, es bastante esclarecedora. Las cualidades poseiadas por Rasputin serán algún día el material a partier del cual se simentara la busqueda de la grandeza humana —el tipo de grandeza que hace avanzar al hombre en su desarrollo evolutivo. Algunos vieron esta grandeza en Rasputin y sintieron su efecto en formas que no podían entender, formas que incrementaban el dolor de su propia incompetencia. Debido a que utilizaba este mecanismo interno, este "detector de incompetencia", Rasputin se granjeó muchos enemigos, al igual que muchos psicofantes.

Pero Rasputín no se conformó con indagar con las doctrinas de los Khlysty. En algún momento conoció a otro iluminado llamado Makariy, el cual ejerció una enorme influencia sobre Rasputín. Después de aquello, en el año 1889 se casó con Praskovia Fyodorovna Dubrovina con la que tuvo tres hijos: Dimitri, Varvara, y María. Se sabe que engendró más vástagos con otras mujeres. En 1901, se marchó de su región natal y se hizo peregrino. Estuvo dos años viajando por tierras eslavas, Grecia y Tierra Santa. Aprendió mucho de historia, esoterismo, teosofía, viejas religiones y tradiciones. En 1903 vuelve de nuevo a Rusia, donde se mueve por las calles de San Petersburgo donde es considerado como un adivino, siendo muy populares y concurridas sus consultas, fue entonces cuando empezó a albergar el objetivo de relacionarse con la familia real.

Es importante anotar que las personas que llevaron a Rasputin a San Petesburgo y lo presentaron a la corte no eran ocultistas de pacotilla, sino miembros prominentes de la aristocracia clerical y de la intelligentsia urbana (arzobispos ortodoxos como Hermógenes e Iliodor; teósofos como Papus, etc). Diletantes y santos (principalmente John de Cronstadt) lo consideraban un hombre santo con poderes de Dios. (Sin embargo después de su muerte lo condenaron como un diablo). Relatos de sus inclinaciones extremas y sus excesos florecian por doquier en la ciudad. Se decia que había cierta emanación azulada que parecia emerger de sus labios. Se le atribuía una capacidad escalofriante para percibir los pensamientos y las emociones ocultas de otros. Esto es sustentado por sus propias palabras, que tambien refutan en los argumentos de quienes buscaban desacreditarlo al insinuar que entre sus "vicios" estaba el hurto. Su hija, Maria, recuerda a su padre diciendo: "Nunca me atrevi a robar ni el más pequeño objeto. Solía creer que todos se darían cuenta de una vez que yo habia robado algo, ya que yo mismo notaba cuando uno de mis camaradas había robado."


Sus capacidades curativas fueron reconocidas y ampliamente divulgadas, sin embargo no lo fueron sus métodos, ya que el de Rasputin no era un chamanismo comun y corriente, propio del curandero. Su presunta vida libidinosa, libertina y extravagante ha sido el sujeto de incontables y purulentos ataques, al igual que su inexistente papel de lider-redentor en la secta de los khlysty. Que Rasputin se involucrara en una camarilla política esta fuera de duda. A pesar de su histrionismo, y de que era bastante impulsivo, franco y abierto, no era alguien fácil de impresionar, y probablemente tenía un alto nivel de inteligencia natural. Sin embargo, poco se sabe de las reuniones secretas que tenían lugar en "noches especiales" del año, en las cuales sólo se admitian unas pocas personas, tanto nobles como plebeyos —noches a las cuales se aludía pero que no se discutían, donde Rasputin era "la llama roja" y se llevaba a cabo "la gran obra".

Cuando Alejandra, la emperatriz de Rusia, fue ejecutada en el sótano de la casa Ipatiev en 1.918, dos años después del cruel asesinato de su bathiuska Grigorig, los guardias hicieron un descubrimieno único. Mientras buscaban joyas entre sus poseciones, encontraron un par de dragones verdes tallados en esmeralda cosidos a su corse, que Rasputin le había regalado muchos años atrás. ¿Podría ser que Rasputin alla tenido tratos con El Dragón Verde, la extraña orden hermética extendida por todas las Rusias? También hay muchas especulaciones sobre las verdaderas motivaciones del movimiento khly sty de fin de siècle.

Sobre este fascinante personaje, Samael Aun Weor, el más connotado líder del gnosticismo americano escribe:

A todas luces resalta con entera claridad meridiana que la despótica fuerza mágica del "diablo sagrado" Rasputín, se debía exclusivamente a su tremenda potencia sexual.
El zar y la zarina se arrodillaban ante él; creían ver en ese monje fatal un santo viviente.

Es obvio que Rasputín encontró el ánimo de los zares muy dispuesto, gracias al mago francés Papus (Dr. Encause), médico de cabecera de los soberanos.

Waldemar dice: "De lo más instructivas son las memorias diplomáticas del antiguo embajador francés en San Petersburgo, Mauricio Paléologue, publicadas por la Revues des Deux Mondes.

El embajador describe una invocación de espíritus efectuada por el conspicuo ocultista francés Papus (Dr. Encause), y por cierto, según expreso deseo de los zares. La causa de la tal sesión fueron los disturbios revolucionarios de 1905. Papus había de conjurar la revuelta mediante un gran exorcismo en presencia del zar, la zarina y el ayudante capitán Mandryka.

Paléologue, como garante de Papus, con quien tenía relaciones amistosas, informa:
Mediante una intensa concentración de su voluntad y un extraordinario acrecentamiento de su dinamismo fluido, el mago logró evocar la sombre del muy pío zar Alejandro III: Señales indudables probaron la presencia del espíritu invisible...
"A pesar de la angustia que le oprimía el corazón, Nicolás II preguntó de todos modos a su padre si debía reaccionar o no contra la corriente liberal que amenazaba con barrer a Rusia. El fantasma respondió: Debes extirpar, cueste lo que cueste, la incipiente revolución. Más un día volverá a brotar de nuevo y será más violenta cuanto más dura sea la actual represión. ¡No importa! ¡Animo, hijo mío! ¡No ceses de luchar!"
Waldemar, el sabio, dice: "El Zar, como notorio creyente en los espíritus, debía, pues, prestar gran interés a un hombre que, como Rasputín, venía precedido de gran fama como curandero milagroso"
"El monje campesino procedía también de la categoría, tan extendida en la Rusia de la época, de los llamados magos de aldea, poseyendo un magnetismo vital tan extraordinario, debido a su insólita potencia sexual, que debió producir el efecto de una fuerza primitiva irrumpiendo en los círculos de la nobleza Petersburguesa, en parte ya degenerada."

"Una de sus primeras proezas en la corte fue tratar magnéticamente al heredero del trono, enfermo de hemofilia, logrando contener sus hemorragias, cosa que los médicos no habían conseguido".
Continúa el sabio Waldemar diciendo: "Desde ese instante temblaron ante él grandes duques, ministros y toda la camarilla de la nobleza, pues la circunstancia de que tuviera en sus manos la vida del Zarevitz le granjeó la ilimitada confianza del Zar y la Zarina. Y esta confianza la supo utilizar en su provecho muy cabalmente; gobernó a su antojo a los Zares, y por ende, a Rusia".

"Al aumentar constantemente su poderío, un grupo de adversarios de elevada alcurnia y posición, a cuya cabeza se hallaban el príncipe Yussupov y el gran duque Pavlovitsch, decidió suprimir al importuno monje milagroso".

"Y así, en una cena en el palacio del príncipe citado, le fueron servidos al monje invitado manjares y bebidas emponzoñados con cianuro de potasio, en dosis tan fuerte, que hubiera bastado para matar a una veintena de hombres o más en unos segundos. Pero Rasputín comió y bebió con creciente apetito; el veneno no parecía surtir efecto alguno sobre él".

"Los conjurados se inquietaron, pero siguieron animando al odiado a que comiese y bebiese más. Ni por esas; el veneno no tenía poder ninguno sobre el monje milagroso; por el contrario, cada vez parecía sentirse más a sus anchas el maldito".

"En consecuencia, los conjurados acordaron que Yussupov le matara con una pistola. Disparó pues el príncipe, desplomose de bruces en el suelo Rasputín, y los conjurados le dieron por ya muerto".
"Yussupov, que había alcanzado en el pecho al monje, se dispuso a dar vuelta a la cara del caído, pero ante su espanto, Rasputín le dio un empellón, se puso de píe y con pesados pasos intentó escapar de la habitación. Entonces el conjurado Purischkjewitsch hizo cuatro disparos contra el monje, quien volvió de nuevo a desplomarse, alzose otra vez, siendo ahora golpeado a bastonazos y patadas por el furioso Purischkjewitsch, hasta que pareció definitivamente rematado. Pero la vitalidad de Rasputín era tal que aún dio señales de vida cuando los conjurados metieron su fornido cuerpo en un saco, el cual ataron, arrojándolo luego desde un puente entre los témpanos del Neva".

Este fue el final trágico de un hombre que hubiera podido auto-realizarse a fondo.

Desafortunadamente el monje Gregor Rasputín no supo utilizar sabiamente la formidable potencia sexual de que lo dotara la Naturaleza y descendió al plano de la más baja sensualidad.

Una noche cualquiera me propuse investigar en forma directa al desencarnado Rasputín.

Como quiera que conozco a fondo todas las funciones psíquicas del Eilodón, (Cuerpo Astral del Hombre auténtico), no me fue difícil realizar un Desdoblamiento Mágico.

Vestido pues, con ese cuerpo sideral del que tanto hablara Felipe Teofastro Bombasto de Hohenheim (Aureola Paracelso), abandoné mi cuerpo físico para moverme libremente en la Quinta Dimensión de la Naturaleza, en el Mundo Astral.

Lo que vi con el Sentido Espacial (con el Ojo de Horus) fue terrible. No está de más afirmar enfáticamente que hube de penetrar en una taberna espantosa donde solamente se veían barriles llenos de vino por entre los cuales se deslizaban aquí, allá y acullá, multitud de horripilantes criaturas a semejanza de hombres.

Yo buscaba a Rasputín, el diablo sagrado, quería platicar con ese extraño monje ante el cual temblaron tantos príncipes, condes, duques y marqueses de la nobleza rusa: mas he aquí que en vez de un Yo veía a muchos Yoes y todos ellos constituían el mismo Ego del monje Gregor Rasputín.

Tenía pues ante mi vista espiritual, en toda la presencia de mi Ser Cósmico, a un montón de diablos; a un Yo Pluralizado dentro del cual sólo existía un elemento digno; quiero referirme a la Esencia.
No hallando pues un sujeto responsable, me dirigí a una de esas abominables criaturas grotescas que pasó cerca de mí: "He aquí el lugar a donde viniste a dar, Rasputín. Este fue el resultado de tu vida desordenada y de tantas orgías y vicios".
"Te equivocas, Samael", contestó la monstruosa figura, como defendiéndose o justificando su vida sensual, y luego añadió: "a tí te hace falta la Línea de la Intuición".

"A mí no puedes engañarme Rasputín", fueron mis últimas palabras; luego me retiré de aquél tenebroso antro situado en el Limbus, en el Orco de los clásicos, en el vestíbulo del Reino Mineral Sumergido.

Si Rasputín no hubiera hecho en vida tantas obras de caridad, a estas horas estaría involucionando en el tiempo dentro de los Mundos Sumergidos, bajo la corteza de la Tierra, en la Morada de Plutón.

Queden advertidos pues, tras la lectura; los terribles riesgos de acometer el tantra y la ciencia esotérica sin la  correspondiente desintegración de los yoes.

Fuente:  http://kristianismi-restitutio.blogspot.com.es

lunes, 24 de diciembre de 2012

EL ESOTERISMO DE LA NAVIDAD




Toda religión tiene unas de terminadas fechas claves, el cristianismo no es una excepción y su fecha clave es la Navidad, día del nacimiento de Jesuá Ben Pandirá (Jesús el Cristo).

La vida de todo Cristo tiene una parte exotérica y otra esotérica. La parte exotérica se refiere a su historia, nacimiento, vida y muerte meramente física. La parte esotérica es la más importante, la razón de existencia del Cristo. Esta parte normalmente está velada al vulgo y sólo tienen acceso a ella los INICIADOS a los Misterios del Fuego. Por eso, la vida de todo Cristo viviente es mal comprendida y resulta incongruente si se estudia a la letra muerta.



Poniendo como ejemplo a Jesús el Cristo, dicen las Sagradas Escrituras que su primer milagro fue en las bodas de Canaan y consistió en que el Cristo transmutó o transformó el agua en vino. Haciendo una pequeña reflexión sobre el asunto, veremos que no está en su lugar el que un Maestro de perfecciones como es Jesús el Cristo se dedique a fabricar más vino para que los asistentes a las bodas se siguieran emborrachando, perdiendo así su conciencia y aumentando el asqueante EGO de la Borrachera, como tampoco es muy sensato pensar en un Cristo furioso, iracundo y violento, expulsando a latigazos a los sorprendidos comerciantes y mercaderes que negociaban y vendían junto al templo. Definitivamente la Gnosis enseña a estudiar la parte esotérica de la vida y muerte de los grandes Avataras de la humanidad y así florece la claridad, la luz que es la sabiduría inmortal y el mensaje que estos grandes Maestros entregaron.


El primer milagro de Jesús el Cristo representa, esotéricamente hablando, la transmutación de las energías sexuales mediante las bodas alquímicas, éste sin duda es el primer paso para realizar la gran obra del Padre. Conforme se trabaja en el Camino lniciático, hay que arrojar a los mercaderes de nuestro templo interior, es decir, eliminar los defectos de nuestra psiquis mediante el látigo de la Voluntad Consciente para que pueda oficiar algún día nuestro Cristo Intimo. Cristo no es una persona o individuo particular, el Cristo es una energía Cósmica, Logoica Universal que se manifiesta en cualquier esencia debidamente preparada, un día se manifestó en Jesuá Ben Pandirá, pero igualmente en otros días cósmicos se manifestó a través del Cristo Mexicano Quetzalcoatl, o del Cristo Hindú Krishna, (cuyo evangelio es semejante al de Jesucristo), también la energía Crística se ha manifestado a través del Yogui Babaji, Sanat Kumara, (fundador del Gran Colegio de Iniciados de la logia Blanca), Juan el Bautista, Kout-Humi, Hermes, Osiris, etc. Sin embargo diremos que Jesús el Cristo es el más alto Iniciado Solar del Cosmos.



 Entre los chinos, el Cristo es FU-JI, que nace milagrosamente por obra y gracia del Espíritu Santo. Dice la historia china: «Paseándose una Virgen llamada Hoa-sé por la orilla del río, se conmovió y se vio rodeada por un resplandor maravilloso y sus entrañas concibieron; transcurridos doce años, el día cuarto de la décima luna, a media noche nació FU-JI, llamado así en memoria del río a cuya orilla fue concebido.

Entre los antiguos mexicanos, como anteriormente expusimos, el Cristo fue Quetzalcoatl, que fue el Mesías y transformador de los toltecas. «Estando un día la Virgen Chimalmán con sus dos hermanas, se les apareció un enviado del cielo. Las hermanas al verle murieron y ella oyó de boca del enviado que concebiría un hijo y concibió al instante, sin obra de Varón».



El «Kristos» de los eddas germanos y los Cristos nórdicos Odin, Wotan y Beleno, también nacieron el mismo día y el mismo mes que Jesús el Cristo, y todos nacieron igualmente de una Virgen. ¿Acaso Krishna, (el Cristo hindú), no fue concebido por la Virgen Devaki, por obra y gracia del Espíritu Santo y transportado al establo de Nanden, en donde los Dioses y Maestros fueron a adorarle?

La Virgen madre de los Cristificados, es la Divina Madre Kundalini de los indostanes, la Madre Cósmica, el Dios Madre, el Amor Universal llamado también María, Maya, Maia, lsis, Rea, Tonantzin, etc.





Todo Cristo tiene y debe encarnar la tríada logoica o sephirótica, que es lo mismo que la Santa Trinidad del cristianismo; el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Para los hebreos Kether,Chokmah y Binah. Para los egipcios; lsis, Osiris y Horus. Para los Aztecas; Tonantiuh, Quetzalcoatl y Tonantzin. Para los hindús; Brahma, Vishnú y Shiva, etc. Por todo esto, diremos que toda religión es una perla engarzada al collar de la Sabiduría. Todo aquel que está en contra de otra religión que no sea la suya, definitivamente no ha comprendido nada de su propia religión, porque todas las religiones son auténticas, no obstante, conviene distinguir entre religión y los religiosos.






Cuando una forma religiosa no es comprendida, sus seguidores caen en el fanatismo y cometen los peores crímenes que la psiquis humana puede concebir, por eso conviene hacer una plena diferencia entre religión y religiosos.

La Navidad por tanto, ya se celebraba antes del nacimiento de Jesuá Ben Pandirá y se seguirá celebrando después de que ya no exista el cristianismo, puesto que es una fiesta Cósmica que se celebra no sólo en nuestro planeta Tierra, sino en otros mundos de nuestra Galaxia, también habitados como el nuestro. Al mismo Jesús el Cristo, le ha tocado realizar el drama cósmico de su muerte en otros planetas del Cosmos para dar a conocer las claves de la auto-realización intima del SER. Jesús no ha sido el primero ni el último en encarnar al Cristo.

Cuando una forma religiosa ha cumplido su misión, se desintegra, desaparece, dando paso a otra nueva forma religiosa. Jesús el Cristo fue de hecho el Iniciador de una nueva era religiosa, Jesús fue una necesidad religiosa de la época. La casta Sacerdotal pagana, a fines del imperio Romano había caído en el más completo descrédito. Las muchedumbres ya no respetaban a los Sacerdotes y los artistas satirizaban en comedias a los Divinos Rituales, mofándose sarcásticamente de las Divinidades del Olimpo y del Averno (del Cielo y del Infierno). Es doloroso saber cómo esas gentes imitaban al Dios Baco (Dios del Vino, de la Sexualidad), en una mujer borracha, y otras veces como un borracho panzón montado en un burro; a la Inefable y bendita Diosa Venus la representaron como una mujer adúltera que andaba en busca de placeres orgiásticos, seguida por las Ninfas que eran perseguidas por Sátiros al frente de los Dioses Pan y Baco.







 Por aquella época de decadencia religiosa, los pueblos de Grecia y Roma, ya no respetaban ni siquiera a Marte, el Dios de la guerra; le representaban sarcásticamente atrapado por la red invisible de Vulcano, en instante de pleno adulterio de su esposa, la bella Venus. No se salvó de la profanación ni siquiera Júpiter Olimpo, el Padre de los Dioses, pues le representaban sarcásticamente en muchas sátiras ocupado en seducir a las Diosas.

Por aquella época fue cuando muchos Sacerdotes Paganos se convirtieron en vagabundos y limosneros, las personas comunes se burlaban de ellos y así terminó la forma religiosa del Paganismo griego y romano.

El mundo necesitaba algo nuevo, la Religión Universal necesitaba manifestarse con una nueva forma y se manifestó por medio de Jesuá Ben Pandirá (Jesús el Cristo). El fue por tanto, el encargado de iniciar una nueva Era de religiosidad, para que todas las esencias necesitadas del Conocimiento Universal lo hallaran. El Concilio de Nicea en el año 325 de nuestra era, sirvió, no para crear un héroe, como suponen los ignorantes materialistas, sino para reconocer oficialmente una doctrina y un hombre que la encarnó y enseñó.

Fuente:  http://conocimientoygnosis.blogspot.com.es/