En muchos momentos de nuestra vida hemos escuchado, tanto en los medios de comunicación como en conversaciones cotidianas, consideraciones acerca del carácter “ocultista” o “esotérico” de algún fenómeno incomprensible que se haya presentado ante nuestros ojos, así como de cualquier concepto mas o menos abstracto nos llame la atención y que presente cierto halo de “misterio”.
A pesar de que en muchos casos atribuimos el mismo sentido a ambos términos, algunos especialistas sostienen que no significan exactamente lo mismo.
De acuerdo con su sentido etimológico, el vocablo ocultismo procede de el vocablo occultus = escondido, algo oculto. Podriamos definirlo como el conjunto de doctrinas, creencias y fenómenos cuyo rasgo definitorio es la profundizacion en un saber que va mas allá del conocimiento científico y racional.
En lineas generales, podemos explicar la filosofía ocultista desde una perspectiva metafísica, pues uno de sus rasgos definitorios es la denominada ley de la correspondencia, la cual consiste, tal y como escribió el Papus: “lo que está arriba es como lo que está abajo; lo de abajo como lo de arriba”. El concepto de los analogías, ampliamente estudiado desde diversas escuelas filosóficas occidentales, una vez más tiende un punto de unión con el pensamiento Oriental. Manuel Guerra lo sintetiza de forma magistral:
Como el niño en el seno materno esta unido a su madre por el cordón umbilical sin que él lo sepa, así, según los ocultistas, el hombre está ligado a la atmósfera por un cordón invisible, pero no menos real: el de la respiración, y así esta unido el cuerpo astral al físico por otro cordón también invisible, pero que lo nutre. Para el ocultismo, lo visible, exotérico, público, al alcance de todos, está condicionado e influido por lo esotérico, oculto, al alcance de unos pocos: los ocultistas, magos, espiritistas, videntes, etc. El ocultismo tiene un concepto inmanentista de lo divino en cuanto admite su ser, o mejor, un “algo” extrasensorial, “misterioso”, pero sin trascendencia verdadera u ontológica.
En cuanto al vocablo esoterismo viene derivado del griego eso = reservado, interior. Hasta este punto, podemos ver que el sentido etimológico es bastante similar al del ocultismo, pues ambos denotan cierto aire de misterio que invita al neófito a adentrarse en las profundidades de sus secretos. De hecho, al igual que ocurre con el ocultismo, el esoterismo entiende el universo como un sistema interrelacionado de correspondencias entre lo visible y lo invisible, correspondencias que constituyen el substrato común y oculto de todas las cosas, una especie de ley eterna que nos gobierna mas allá de nuestra voluntad y que solo mediante la imaginación, el conocimiento y la mediación podemos ser capaces de comprender.
Tras realizar un breve análisis de ambas doctrinas, podemos llegar a la conclusión de que ambas son lo mismo, poseen la misma esencia, y en cierto modo es así, a pesar de que muchos esoteristas no se identifican con el ocultismo, pues consideran que ambas vertientes son similares, aunque distintas en cuanto a su proceder, ya que la dimensión esotérica se presentaría en su vertiente mas intelectual, contrastando con la dimensión mas práctica y doctrinaria del ocultismo.
En cualquier caso, resulta muy difícil delimitar diferencias claras y significativas que nos hagan pensar en la existencia de dos conceptos distintos.
1 comentario:
Gracias por la aclaración de los conceptos
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