LA CLAVICULA SALOMONIS

La Clavícula Salomonis constituye una de las obras de magia más importantes de todos los tiempos. Los especialistas no se ponen de acuerdo a la hora de establecer su autoría, aunque no pocos son los que la atribuyen al mismísimo Salomón. Según esta teoría, Salomón legó a modo de testamento una serie de conocimientos mágicos a su discípulo e hijo Roboam, rey de Judá, en el año 931 a.C.

Algunos autores creen que este libro ya existía al menos desde la época de Vespasiano en el siglo I. El libro versaba sobre la evocación del demonio, así como de los requisitos necesarios para realizar un ritual. De hecho, el historiador Flavio Josefo cuenta que un judío cuyo nombre era Eleazar poseía un ejemplar del famoso grimorio y que gracias a su sabiduría pudo expulsar a los endemoniados. En cualquier caso, según las fuentes más fidedignas el libro surgió entre los siglos XVI y XVII, fruto de la influencia cabalística y del misticismo musulmán.

A principios del siglo XX, Samuel Mathers y Aleister Crowley escribieron una versión revisada titulada Goetia, la llave menor del Rey Salomón (Clavicula Salomonis Regis). En este libro podemos destacar todos los procedimientos preparatorios para la evocación de los demonios, las cualidades necesarias para que el ritual se lleve a cabo correctamente, así como la indumentaria y accesorios necesarios para la invocación ( pentáculo, vestido, calzado, cuchillo, buril, anillo, cetro, agua bendita, etc.). En síntesis: Se trata de un completo manual dividido en las siguientes secciones:

• Ars Goetia. En este apartado se enumeran los 72 demonios, describiéndolos con todo lujo de detalle.
• Ars Teúrgia Goetia. Versa sobre los 31 espíritus aéreos, con referencias a las jerarquías y otros detalles.
• Ars Paulina. Básicamente trata sobre los ángeles y su relación con la astrología.
• Ars Almadel. En esta parte se analizan los elementos constitutivos de todo ritual y los ángeles que pueden ser invocados para conseguir cosas justas.
• Ars Notoria. Se aborda todo lo referente a las oraciones y su correcta pronunciación.

A pesar de las especulaciones surgidas a lo largo de los siglos, no existe ninguna evidencia científica que demuestre que fue escrito por el rey Salomón, sino más bien por un anónimo del siglo XVII. En cualquier caso, es una obra interesante para todo aquel que quiera iniciarse en el mundo de la demonología.